Cristo Rey

Cristo Rey

domingo, 8 de julio de 2012

MANOS DE MADRE... MANOS DE ALFARERO

Stanley Ann Dunham muriò el 7 de noviembre de 1995, fulminada por un càncer poco despuès de haber ayudado a su hijo a terminar la correcciòn  del libro Dreams of my Father (Sueños sobre mi padre), en la que el autor describe su relación con un padre ausente al que conocería y verìa por primera vez a la edad de 10 años.

Se llamaba Stanley, como su padre, debido a que éste esperaba que naciera un niño varón.



Rebelde. Romántica. Liberal. Feminista. Soñadora. Son muchos los adjetivos con los que la prensa estadounidense describe en la actualidad a Ann Dunham, la mujer que forjó el carácter del primer hombre afroamericano en convertirse en Presidente de Estados Unidos.

Ann Dunham tenìa 18 años cuando se casó con el padre de su hijo. En esa época la mitad de los estados del país prohibían las bodas interraciales. Se levantaba en las madrugadas para dar cursos de refuerzo de inglés a su hijo. Como el niño tuvo nulo contacto con su padre durante su vida, fue ella quien lo enseñó a apreciar su herencia afroamericana, contándole historias sobre la lucha contra la esclavitud. Le leìa libros. Lo ponía a escuchar discursos del reverendo Martin Luther King y discos de Mahalia Jackson.



Chip Wall, no puede dejar de pensar en ella cuando ve a su hijo en las campañas. La sonrisa. La felicidad de palabra. La confianza. Todo idéntico a Ann. 

Al fallecer, su hijo afirmó: "...de saber que ella no sobreviviría su batalla contra el cáncer, habría escrito un libro diferente: Menos una meditación en torno a mi padre ausente; tal vez una celebración de la principal constante de mi vida, mi madre. La veo en mis hijas todos los días: su alegría, su capacidad de asombro... fue el espíritu más generoso que he conocido..." 

"Mi madre fue la cifra dominante en mis años
formativos... Los valores que ella me enseñó siguen
siendo mi piedra de toque"


Barack Hussein Obama
Presidente de los Estados Unidos

(Libro "Herencia" - Jesus Lobaton)

sábado, 14 de abril de 2012

CRISTO EL PRIMER SACERDOTE

El ser más grande que ha existido en este mundo es Cristo-Jesús. Dios y hombre verdadero, causa de nuestros bienes todos, esperanza ciertìsima de los que pronto alcanzaremos. Para el cristiano que conoce su fe sabe que ella se resume toda en Cristo. Su vida debiera pretender como la de Pablo, ser prolongación de la vida de Cristo.

Ahora bien, Cristo fue sacerdote, y todo sacerdote es otro Cristo. Las características del sacerdocio católico no son más que repetición de las que Cristo ostentó en su persona; los poderes y la acción de nuestros sacerdotes son un eco de los poderes y de la acción de Cristo.

Jesús sacerdote, ofreció el gran sacrificio de su Cuerpo y Sangre, en rendición de los pecados, perdonó las culpas de los pecadores, nos diò los sacramentos, canales de gracia; predicó la Buena Nueva, el Evangelio de nuestro rescate y divinización, consagró su vida a la formación de las almas y a consolar y a aliviar los dolores; y finalmente buen Pastor, diò la vida por sus ovejas. Él es con toda verdad el primero y el gran sacerdote, y aunque todas sus acciones fueron de valor infinito porque eran divinas, sin embargo las más trascendentales para la humanidad fueron las que practicó como sacerdote.

(Libro "La Vocación"  - Padre Eliècer Sàlesman)